Tenía muchas ganas de leer esta segunda parte de la saga “Crónicas lunares” y unas expectativas muy altas puestas en él, las cuales a cumplido gratamente.

Primer, como ya se puede adelantar mediante el título, tenemos un nuevo personaje que comparte protagonismo con Cinder, Scarlet (ambientada en caperucita roja). Una chica con carácter, fuerte, decidida a buscar lo que quiere sin venirse abajo a pesar de las circunstancias o el miedo que pueda tener. Y con ella un chico, Lobo (como no podía ser diferente), misterioso y con muchos secretos. Yo no he parado de dudar de él durante toda la novela, es alguien de quien te fías pero a la vez no sabes si hacerlo.

Cinder y Kai, como en la pre cuela, siguiendo adelante justo donde terminaron. Y alguien nuevo que acompañará la vida de Cinder, el capitán Thorne (que no es gay pero tiene toda la pinta).

No pensaba que sería esa la relación entre Cinder y Scarlet pero realmente está muy bien ligada.

Se leer muy rápido, y todo lo lento que pueden pasar sus páginas es en la espera de que las dos protagonistas se encuentren definitivamente. Al llegar a las últimas páginas solo puedes pensar en que no quieres que termine porque sabes que te dejará en mitad de la trama.

Aunque yo sigo manteniéndome fiel a Cinder (personaje), me decanto más por ella, al fin y al cabo, aunque comparta protagonismo, la historia gira entorno a ella. Y su historia con Kai me resulta que podría ser muy bonita.

Mucha descripción, como ya vimos en Cinder. Para mi gusto le falta diálogo, ya que soy más de él.

Sin duda Marissa Meyer tiene una gran imaginación y no parece que sean sus primeros libros.

Estoy deseando leer el tercero, “Cress”, que hasta 2014 no sale a la venta. Éste tendrá el nuevo personaje inspirado en rapúnzel.

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